La Ocratoxina (A) presente en las uvas puede ser transferida de las uvas al vino durante su elaboración. El vino representa, después de los cereales, la principal fuente de ingesta diaria de OTA y supone el 13% de la ingesta total de OTA en la UE.

En la mayoría de estudios se observa que los niveles de OTA son más altos en los vinos tintos que en los rosados, seguido de los blancos, debido a la maceración del mosto con el hollejo de la uva, lo cual podría favorecer la extracción de OTA de ellos.

Es necesario aplicar medidas preventivas para limitar la aparición de OTA a través de la aplicación de buenas prácticas vitícolas en el campo, la vendimia y en la bodega y evitar así al máximo la contaminación en el vino.

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