La FAO ha publicado unas Directrices voluntarias para la conservación y el uso sostenible de las variedades agrícolas locales.

Los sistemas alimentarios actuales se caracterizan por una uniformidad cada vez mayor de cultivos y variedades en las explotaciones agrícolas. Para ser sostenibles los agricultores deben cultivar un conjunto genéticamente diverso de cultivos y variedades que se adapten a sus agroecologías, sistemas de producción y preferencias de los usuarios finales.

Las variedades agrícolas locales de un determinado cultivo a menudo son genéticamente diversas, con un elevado nivel de adaptación local al medio ambiente donde crecen. La gestión dinámica de estas variedades (incluida su exposición a diferentes regímenes de producción, entornos, selección de los agricultores y sistemas de conservación e intercambio de semillas), mantiene una reserva de variabilidad genética en constante evolución.

A menudo, se han preferido cualidades agronómicas o culinarias relacionadas con valores culturales importantes a nivel local y suponen una importante contribución a la disponibilidad alimentaria, a los medios de subsistencia rurales y a la lucha contra el cambio climático.

Las acciones recomendadas en las directrices van desde la identificación y documentación de los recursos fitogenéticos existentes para la agricultura, el mapeo de sus usos reales y potenciales, el suministro de información y apoyo a los agricultores y las comunidades locales en relación a la conservación y uso sostenible.